Había una vez una tortuga llamada Tito, que siempre estaba buscando maneras de hacerse útil. Pero debido a su naturaleza lenta y su caparazón pesado, le resultaba difícil encontrar un trabajo que pudiera hacer.

Un día, mientras caminaba por el bosque, Tito vio un montón de hojas y ramitas esparcidas por el suelo. Decidió que podría ser útil mantenerlas juntas, por lo que se puso a trabajar, rodando sobre ellas para aplastarlas y mantenerlas en su lugar.

Sin embargo, cada vez que Tito intentaba aplastar las hojas, estas se movían y se dispersaban por todas partes. Frustrado, Tito se dio cuenta de que necesitaba algo que pudiera mantener las hojas en su lugar mientras las aplastaba.

Entonces recordó la frase que había oído una vez: "La tortuga es el pisapapeles de la hojarasca". De repente, se dio cuenta de que él podría ser el pisapapeles de las hojas en el suelo.

Así que Tito se puso a trabajar, moviéndose lentamente sobre las hojas y aplastándolas con su caparazón pesado. Para su sorpresa, ¡funcionó! Las hojas se quedaron en su lugar mientras él las aplastaba, y pronto Tito había creado un hermoso montón de hojas aplastadas y ordenadas.

Desde ese día en adelante, Tito se convirtió en el encargado oficial del orden y la limpieza del bosque, y todos los animales lo llamaban "El Gran Pisapapeles de la Hojarasca". Y Tito estaba feliz porque finalmente había encontrado su verdadera vocación.

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