La luna es una novia sin jaqueca

"una diosa que, en su inmutable constancia, nos invita a soñar con amores perfectos."

La luna es una novia sin jaqueca
The moon

La luna es una novia sin jaqueca, siempre presente, siempre dispuesta, desplegando su vestido de luz plateada en el vasto salón nocturno. Ella no reclama, no exige; se entrega en su plenitud serena, en su quietud magnética que arrastra mareas y suspiros. No hay en sus rasgos blancos una arruga de descontento, ni en su mirada serena un atisbo de reproche.

Flota en la bóveda celeste, regia y etérea, un faro para los corazones solitarios, un consuelo para los amantes desvelados. La luna, en su impasible recorrido, es testigo silente de confesiones y promesas, de deseos no pronunciados que se disuelven en la bruma de la noche.

En su rostro, antiguo como el tiempo, se reflejan historias de amores eternos y tragedias olvidadas. Los poetas la han celebrado, los enamorados la han invocado, y los soñadores, como yo, hemos encontrado en su pálida luz una musa inagotable. Ella es la amante perfecta, sin jaqueca ni cansancio, siempre renovada en su ciclo eterno, ofreciendo su fulgor en noches claras y nubladas.

Cada fase suya es un guiño, un susurro, una promesa de retorno. La luna menguante es la caricia suave antes de la despedida, y la luna nueva, un coqueteo tímido de lo que vendrá. En su plenitud, es un abrazo cálido que cubre al mundo, una novia que no conoce el desdén, una diosa que, en su inmutable constancia, nos invita a soñar con amores perfectos, con eternidades sin fin.

Nosotros, frágiles mortales, proyectamos en ella nuestras aspiraciones y desvelos, buscando en su luz una paz que se nos escapa en el bullicio del día. Y así, bajo su hechizo, nos rendimos a la ilusión de que, al menos en la noche, somos amados sin reservas, sin jaquecas, sin el peso de lo cotidiano.

La luna, novia fiel, sigue su danza en el firmamento, y nosotros, sus eternos admiradores, seguimos el rastro de su luz, dejando que nos guíe a través de los laberintos de nuestros propios deseos y sueños.