En el cobijo último de la risa,
el eco de la ternura es prematuro,
se alzan las naciones de hombres finos,
que conocen el pensamiento como geografía.
Ay, geografía que alza su habla
en los pulmones fríos de los sabios,
oh diestra vasalla de la patria,
repetimos la jerga de hermanos.
Divulguemos la vejez inferior,
contigua al beso que parece calles de vaudeville,
donde paganos soportan el peso
de ser devorados por la noche.
Bailo en las rompen pobres,
que hice mías en los nocturnos,
viajaremos por los caminos hoscos,
pidiendo perdón a la Sajonia.
Los almacenes profanos cubiertos
de adorar almohadas enfurecidas,
se sostienen en el oriente de las alquimias,
que dejan mustias adormideras.
Salvémonos en el edén de la rebeldía,
donde los carbones encienden
las óperas humanas que alcanzan
a evadirse de las ruinas.
Habrá días moderándose,
haciendo valor de la arenilla,
en los complicados etcéteras
de ninguna divagación vista.
Celestial, perdido, enviaba
mis pensamientos a las óperas,
donde ningún valor se pierde,
sino que se encuentra en las ruinas.
