El síndrome del dictador electo

El síndrome del dictador electo describe un patrón en el que líderes elegidos democráticamente explotan crisis de seguridad para concentrar poder y erosionar instituciones, eliminando progresivamente la democracia.

El síndrome del dictador electo
Photo by Janne Leimola / Unsplash

Bajo el liderazgo de Benjamin Netanyahu, la guerra —particularmente la campaña en Gaza— ha servido como instrumento político para sostener y consolidar su poder, a menudo a costa de la democracia y de los derechos civiles.


1. Extensión prolongada del conflicto para asegurar la supervivencia política

Investigadores han señalado que Netanyahu aprovechó la guerra tras el ataque del 7 de octubre de 2023 para aplanar tensiones internas y posponer elecciones. Según un estudio de abril de 2025, su objetivo ha sido prolongar el conflicto para mantenerse en el poder y retrasar sus procesos judiciales relacionados con corrupción (Arab Center Washington DC). Otro análisis afirma que “un fin a la guerra podría significar el fin de la carrera política de Netanyahu” (The New Arab, Arab Center Washington DC). En este escenario, la administración degrada las dinámicas democráticas, presentando la gobernabilidad bajo el pretexto de una emergencia nacional.


2. Estado de guerra como excusa para suspender debates democráticos

Tras el estallido del conflicto, el Knesset aprobó un gabinete de guerra el 11 de octubre de 2023, congelando toda legislación no relacionada con la guerra, incluida la controvertida reforma judicial (Wikipedia). Esto fortaleció la narrativa de que cualquier crítica interna “beneficia al enemigo”, reduciendo el espacio para el debate político y reforzando la coalición de Netanyahu incluso ante la erosión de los frágiles equilibrios democráticos.


3. Represión interna y vigilancia reforzada

Las autoridades israelíes han arrestado a decenas de ciudadanos árabes-israelíes por compartir mensajes de solidaridad con Gaza, generando fuertes críticas por parte de grupos de derechos humanos. Muchas detenciones giraron en torno a la expresión en redes sociales (El País, Wikipedia). Además, se han implementado medidas de censura mediática y restricciones a protestas —especialmente las relacionadas con la reforma judicial de 2023—, consolidando un ambiente de autoritarismo de facto (Wikipedia, Wikipedia, haaretz.com).


4. Uso político de la narrativa bélica y discursos nacionalistas

Netanyahu ha refrendado un enfoque de “guerra sin fin” con el lema de que “la paz no puede ni debe durar”. Columnistas destacan cómo mantiene el aparato bélico activo para justificar su permanencia como “líder fuerte” (theguardian.com, Atlantic Council, The New Yorker, haaretz.com). Además, usa la guerra para darle respaldo político a sectores ultranacionalistas y religiosos dentro de su coalición, quienes presionan por una anexión explícita de territorios (Middle East Institute, The New Yorker, The New Arab).


5. Distracción de la crisis judicial y disolución del espacio opositor

El conflicto ha sido aprovechado para postergar los juicios por corrupción que enfrenta Netanyahu —recursos judiciales se congelaron y se alegó que un estado de guerra impedía avances en materia legal (Arab Center Washington DC). Mientras tanto, la presión desde el exterior y las familias de los rehenes (se estiman 650 días de guerra) han sido manejadas como herramienta de control político interno, apuntalando la narrativa de que “sólo un líder firme puede garantizar la seguridad” (theguardian.com, El País).


6. Erosión institucional y retrocesos democráticos

Desde antes del conflicto, Netanyahu promovió reformas que debilitaban el poder judicial y fortalecían su control político (como la Nakba Law, leyes anti-ONG, la reforma judicial de 2023) (Middle East Institute, Wikipedia, Wikipedia). La guerra ha servido como catalizador, permitiendo que estas medidas autoritarias hayan avanzado sin freno, bajo la justificación de una supuesta “preservación del Estado de emergencia”.


Síntesis comparativa

Estrategia autoritaria Ejemplos en Israel
Prolongación de la guerra para evitar elecciones Estudios académicos detallan esta conexión (The New Arab)
Suspensión del debate legislativo Creación del gabinete de guerra y congelamiento de reformas (Wikipedia, Wikipedia)
Represión de disidencia interna Detenciones por solidaridad con Gaza y censura mediática (Wikipedia, Wikipedia, haaretz.com)
Militarización de la narrativa política Uso de la guerra como identidad nacional – “paz no puede durar” (theguardian.com, Atlantic Council, The New Yorker)
Distracción de crisis judicial Postergación de procesos y uso del discurso bélico (Arab Center Washington DC, ISPI, Wikipedia)
Retroceso institucional Reformas judiciales antes y durante el estado de guerra (Middle East Institute, Wikipedia, Wikipedia)

Conclusión

En el caso de Israel, bajo Netanyahu, la guerra en Gaza —iniciada tras el 7 de octubre de 2023— ha funcionado como un mecanismo político que:

  • Refuerza su poder y coalición, neutralizando la oposición interna.
  • Justifica el autoritarismo y la censura bajo el pretexto de seguridad nacional.
  • Retrasa procesos judiciales, disolviendo los frenos democráticos.
  • Fomenta un discurso nacionalista, favorito de los sectores ultraderechistas.

Esto traza un patrón histórico recurrente: las democracias en crisis se transforman bajo el amparo de estados de excepción, retrocediendo hacia formas de gobierno DICTATORIALES como las de Hitler, Franco, los militares argentinos (1976–1983) o el conflicto Rusia-Ucrania . En este contexto, la guerra actúa como catalizador y legitimador interno, lo que denominamos el Síndrome del dictador electo.


Fuentes: