Enithar

Enithar

Un vórtice tenebroso que nos arrastra en otros abismos insondables. Postrimerías de un hombre rendido, que rema en la noche ante el numerador cuántico sobre las ciudades afligidas. El oscuro globo sigue latiendo en las profundas estelas, como en el útero de las galaxias... donde permanecen suspendidos lanzando sus atroces chispas, eructando tétricos fuegos, sobre las ciudades afligidas, llenando el firmamento de verde polvorín. En la oscuridad están en calma. Las estrellas brillan serenas en lo alto. También reposa bajo ellas contemplando un azul profundo y un tenue resplandor. Mientras tanto el mundo asiste a las postrimerías del poder ilimitado de las huestes. planetas desiertos. el señor Rojo. arenas draconianas. El solitario en la inmensidad. En el momento del tiempo oscuro... el solitario en la inmensidad sobrevuela los mares de estrellas de carbono desplegando sus alas blancas. No hay globos de atracción, todo es uniforme, aunque salpicado de espuma. ¿Quiénes fueron los divergentes y todos los demás? Aulladores. Le infundió terror en su alma... Aulladores, rugiendo feroces en la noche negra. La Torre se eleva blanca y roja entre las plomizas nubes de la noche. Sobre su culmen el rojo es aún más intenso como un faro alertando del peligro. Todos los héroes han muerto, solos quedan los divergentes entre la bruma de un espacio intergaláctico sin esferas. El secreto oculto. Mi casa de cristal es un escondrijo secreto, ni todas las miríadas de la eternidad... por el portal dimensional un duende burlón, que venía del vórtice tenebroso, se deslizó sibilinamente. El pórtico secreto de la biblioteca se abre, los dorados lomos de los libros crujen como espantados. Hemos dejado atrás al que trae los óbolos necesarios. Principio de la luz. Comenzaron a tejer cortinas de tinieblas para reflejar la primera luz. el infinito que se halla oculto, el transportador raudo. El vórtice tenebroso devora neutrones de fusión, eructando tétricos fuegos en la oscuridad y esparciendo sus luces en el abismo sobre las llamas rojas. Martillos invernales. En torno al estentóreo con tenebrosa y letárgica dicha contempla los martillos invernales sosteniendo un farol de luces amarillas. Su anillo relumbra en su mano, una capa roja la cubre hasta los hombros dejando sus brazos desnudos. Agachada contempla con expectante mirada la inminente llegada de los martillos invernales. Los divergentes congelados, petrificados se encuentran por todas partes como estatuas de sal, mientras permanece enmarcada en su dorado cuadro. Sobre las llamas rojas. El secreto oculto es llevado sobre las llamas rojas en el transportador raudo por guardianes de las galaxias que luchan encarnizadamente con Millones de estrellas, que arden en la materia oscura. Tenebrosa y letárgica dicha. Una estela cruza en el cielo a lo largo de millones de parsec dejando a todo el universo atónito. Un fondo de radiación violeta y negro sostiene las estrellas. Ni los guardianes de las galaxias han podido evitarlo, impotentes tras su poder burlado. En torno al estentóreo. Desgajados de la eternidad fueron llevados por el transportador raudo. Mi casa de cristal. Se sienta llorando en el umbral, a su lado, trato de persuadirlo en vano. ha sido cruel al convertir mi casa de cristal en torres de arena semejantes a totems. se ha marchado lejos. camina entre nubes blancas sobre un cielo azul y todos se esconden en sus guaridas. Como truenos de otoño se desatan las huestes de los ... el primer engendro en el transportador raudo surge en torno al estentóreo. Eructando tétricos fuegos, la de melena larga, eructando tétricos fuegos sobre la multitud incauta que la rodea. Desgajados de la eternidad, entramos con las luces en el abismo. Al emerger de las aguas. El ojo ve más que el corazón. Amar a un gusano. globos de atracción. Los óbolos necesarios. La blanca divergente, bella rubia, pone su óbolo dorado sobre el ojo izquierdo y contempla con el otro al que viene por el portal dimensional, su rostro desafiante, intriga al visitante. Se derramaron en los vientos. Primera edad, por el portal dimensional se derramaron en los vientos los óbolos necesarios. encuentras a los divergentes, continua su viaje. Sobre las ciudades afligidas. el magno y Los dragones de las alturas, por el portal dimensional se derramaron en los vientos. principio de la luz. desciende a las ciudades afligidas. Un complejo mecanismo mantiene a los divergentes en continua y frenética actividad. Las megalópolis crecen en todas las dimensiones como un cáncer y los espacios se llenan cada vez de más gente que acude de todos los rincones. La noche no para en ellas y las luces permanecen encendidas, como si nadie durmiera nunca. Los plutócratas compiten por hacer los edificios más altos, más profundos, más extensos, más modernos, más ... El primer engendro. ¿Qué fue de los divergentes? Quizás por el portal dimensional se fueron a los planetas desiertos. La mujer negra dió a luz el primer engendro, las paredes manchadas de sangre y de luz adquieren caprichosas formas y un globo rojo se eleva sobre su cabeza. La mujer negra sostiene a su engendro entre sus manos, y se mantiene firme y altanera, orgullosa y fuerte. La vemos de perfil pues no quiere mirarnos, parece ignorarnos, toda la noche nos rodea y enmarca. Sólo hay rojo y negro. la desea. Los divergentes la admiran y temen. Con crujidos, punzadas y palpitaciones. Las tormentas se desgarraron, las olas se extendieron y las aguas hirvieron con crujidos, punzadas y palpitaciones, se derramaron los vientos sobre las ciudades afligidas y un lobo surgió de la nieve entre los cargados pinos de nieve y de neutrones. Guardianes de las galaxias. Un divergente contempla las estrellas y ve descender por el portal dimensional los guardianes de las galaxias que caen en la noche sobre las llamas rojas, el globo gira y derrama polvo negro sobre el suelo, todo queda oculto, el templo de la vida se tambalea. Luces en el abismo. los ciclos legendarios se conservan en la torre cumular. principio de la luz. El agujero negro primordial. la casa, el solitario en la inmensidad. Apresada en las tinieblas. Brota la bestia como un claro manantial en la oscuridad. Apresada en las tinieblas. buscando el secreto oculto por el portal dimensional. Los ciclos legendarios primera edad. sube a la torre más alta y se lanza al vacío, flota en el éter y se desvanece entre luces carmines y blancas. Su vestido blanco ondula suavemente y se derrama en los vientos solares. aunque forma no tenía, neutrones de fusión. Postrimerías del derecho y del revés Vórtice tenebroso planetas desiertos, primera edad. entierra a. Una cálida luz ilumina la caverna frente al mar embravecido. Galaxia. vía láctea Según el método se puede atravesar el universo por el portal dimensional, un agujero de gusano intergaláctico. el roble eterno aulladores de, laberintos delusorios, templo de la vida Arrancas una flor y asciendes por el valle entre truenos. Entre desiertos helados y abrasadores transcurre El camino. Todo el espacio intergaláctico puede ser recorrido por los neutrones de fusión... numerador cuántico. Comenzó a andar. Nadie ... El camino no es de nadie. Surgen espirales de humo desde el océano y se condensan en llamas.

El hombre, exhausto y desorientado, luchaba por mantener el control de su pequeña embarcación mientras se adentraba cada vez más en el vórtice tenebroso. El sonido ensordecedor del viento y el choque de las olas golpeando contra su barco llenaban sus oídos. La oscuridad lo rodeaba por todos lados, haciendo que su corazón latiera con una mezcla de miedo y asombro.

A medida que remaba en la noche, podía sentir la presencia del numerador cuántico acechando en las sombras. Sabía que debía mantenerse alerta, pues su misión era crucial para las ciudades afligidas que yacían en algún lugar dentro de este abismo insondable. Los destinos de millones de almas dependían de su éxito.

El oscuro globo que latía en las profundas estelas del vórtice parecía estar conectado a todas las cosas, como si fuera el latido del corazón del universo mismo. Cada latido enviaba ondas de energía a través de su ser, haciéndolo sentir parte de algo mucho más grande de lo que jamás había imaginado.

Mientras continuaba remando, el hombre recordaba cómo había llegado hasta este punto. Había sido un científico brillante, un estudioso de las leyes fundamentales del universo. Pero cuando los problemas comenzaron a afligir a las ciudades que alguna vez amó, se dio cuenta de que la respuesta a su salvación yace en lo desconocido, en este vórtice misterioso.

El numerador cuántico, una entidad misteriosa y enigmática, le había revelado la existencia de este vórtice y le había encomendado la tarea de llegar a su núcleo para desentrañar los secretos que podrían salvar a las ciudades afligidas. La promesa de una solución a la miseria que asolaba a su hogar había sido suficiente para que él se aventurara en este viaje peligroso y desconocido.

A medida que remaba, las luces destellantes y las sombras danzantes se cerraban a su alrededor. El tiempo parecía perder su significado en este lugar, y no sabía cuánto tiempo había transcurrido desde que comenzó su viaje. Sin embargo, su determinación seguía intacta, impulsada por la esperanza de un mañana mejor para su gente.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, el hombre alcanzó el núcleo del vórtice. Allí, frente a él, encontró una vista que lo dejó sin aliento. Una ciudad flotante, resplandeciente con una luz dorada, se alzaba majestuosamente sobre el oscuro abismo. Las calles estaban llenas de gente que parecía vivir en perfecta armonía con el numerador cuántico.

El hombre supo de inmediato que esta ciudad era la clave para salvar a las ciudades afligidas. El numerador cuántico había guiado su camino hasta aquí para que pudiera aprender los secretos de esta civilización avanzada y llevar ese conocimiento de regreso a su hogar.

Su viaje estaba lejos de haber terminado, pero ahora tenía un rayo de esperanza y una misión clara. Con determinación renovada, se dirigió hacia la ciudad flotante, listo para enfrentar cualquier desafío que se presentara en su búsqueda por salvar a su gente y traer la luz de la ciencia y el conocimiento a las ciudades afligidas.El hombre, exhausto y desorientado, luchaba por mantener el control de su pequeña embarcación mientras se adentraba cada vez más en el vórtice tenebroso. El sonido ensordecedor del viento y el choque de las olas golpeando contra su barco llenaban sus oídos. La oscuridad lo rodeaba por todos lados, haciendo que su corazón latiera con una mezcla de miedo y asombro.A medida que remaba en la noche, podía sentir la presencia del numerador cuántico acechando en las sombras. Sabía que debía mantenerse alerta, pues su misión era crucial para las ciudades afligidas que yacían en algún lugar dentro de este abismo insondable. Los destinos de millones de almas dependían de su éxito.El oscuro globo que latía en las profundas estelas del vórtice parecía estar conectado a todas las cosas, como si fuera el latido del corazón del universo mismo. Cada latido enviaba ondas de energía a través de su ser, haciéndolo sentir parte de algo mucho más grande de lo que jamás había imaginado.Mientras continuaba remando, el hombre recordaba cómo había llegado hasta este punto. Había sido un científico brillante, un estudioso de las leyes fundamentales del universo. Pero cuando los problemas comenzaron a afligir a las ciudades que alguna vez amó, se dio cuenta de que la respuesta a su salvación yace en lo desconocido, en este vórtice misterioso.El numerador cuántico, una entidad misteriosa y enigmática, le había revelado la existencia de este vórtice y le había encomendado la tarea de llegar a su núcleo para desentrañar los secretos que podrían salvar a las ciudades afligidas. La promesa de una solución a la miseria que asolaba a su hogar había sido suficiente para que él se aventurara en este viaje peligroso y desconocido.A medida que remaba, las luces destellantes y las sombras danzantes se cerraban a su alrededor. El tiempo parecía perder su significado en este lugar, y no sabía cuánto tiempo había transcurrido desde que comenzó su viaje. Sin embargo, su determinación seguía intacta, impulsada por la esperanza de un mañana mejor para su gente.Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, el hombre alcanzó el núcleo del vórtice. Allí, frente a él, encontró una vista que lo dejó sin aliento. Una ciudad flotante, resplandeciente con una luz dorada, se alzaba majestuosamente sobre el oscuro abismo. Las calles estaban llenas de gente que parecía vivir en perfecta armonía con el numerador cuántico.El hombre supo de inmediato que esta ciudad era la clave para salvar a las ciudades afligidas. El numerador cuántico había guiado su camino hasta aquí para que pudiera aprender los secretos de esta civilización avanzada y llevar ese conocimiento de regreso a su hogar.Su viaje estaba lejos de haber terminado, pero ahora tenía un rayo de esperanza y una misión clara. Con determinación renovada, se dirigió hacia la ciudad flotante, listo para enfrentar cualquier desafío que se presentara en su búsqueda por salvar a su gente y traer la luz de la ciencia y el conocimiento a las ciudades afligidas.