El síndrome del tercer hombre es un fenómeno psicológico que se produce en situaciones extremas de estrés o peligro, en las que una persona experimenta la sensación de que hay otra presencia física a su lado, aunque no haya nadie allí en realidad.

Este síndrome fue identificado por primera vez en expediciones polares y en escaladas a montañas elevadas, donde los exploradores informaron haber sentido la presencia de un tercer hombre durante momentos de gran peligro y tensión. El nombre del síndrome se debe a que, en muchos casos, la persona que lo experimenta siente que la presencia adicional es un compañero, un amigo o un guía que lo ayuda a superar el miedo y la angustia.

Aunque no está completamente claro por qué algunas personas experimentan el síndrome del tercer hombre en situaciones extremas, se cree que puede estar relacionado con mecanismos de defensa psicológicos que se activan durante momentos de gran estrés. En algunos casos, también se ha relacionado con la fatiga, la falta de oxígeno o la deshidratación.

El término "síndrome del tercer hombre" fue acuñado por el explorador y alpinista británico Frank Smythe en su libro "The Mountain Vision" en 1940. Smythe describió cómo, durante un intento fallido de escalar el K2 en el Himalaya, experimentó la sensación de que un "tercer hombre" lo estaba acompañando en la escalada, incluso cuando estaba solo en la montaña. Sin embargo, Smythe no fue el primer explorador en experimentar esta sensación, sino que otros exploradores polares y alpinistas habían informado de experiencias similares antes que él. Desde entonces, el síndrome del tercer hombre ha sido estudiado por psicólogos y exploradores de todo el mundo.

Aunque el síndrome del tercer hombre es poco común, es importante tener en cuenta que, si experimenta síntomas similares durante momentos de estrés o peligro, no está solo y que hay ayuda disponible. Es importante buscar apoyo emocional y profesional si siente que el síndrome del tercer hombre está afectando su vida diaria.

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