El balneario
En los interminables pasillos se oyó de pronto el eco del disparo. Como si de un resorte se tratase, todos los clientes del balneario asomaron en albornoz sus medios cuerpos con precaución. Ani Cooper yacía en el suelo. ¿Era el sueño eterno u otra de sus imposturas? Algunos se atrevieron a comentarlo, a pesar de lo dramático de la situación. Yo, sin embargo me quedé estupefacto, no daba crédito a las amenazas que había proferido … pero la realidad estaba ahí. Como siempre tan aleatoria, tan perversa, tan polimorfa.
