Llanuras del alma

Llanuras del alma

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Llanuras del alma, donde el otoño pinta sus paisajes,
y el invierno ha llegado en mi vida,
mientras se agriaba la corona del tiempo,
calcinados paraísos en desiertos despiertan.
El pueblo, salvador alimento, mantenido,
cuyos últimos suspiros son fuerte abordarlos,
en razonables artesonados de esperanzas oscurece el destino.

Llegó el momento donde el aburrimiento prestaba más que ropa,
y en las profundas aguas del arrepentimiento florece la enseñanza.
Profesores de arenas entre levantar religioso, relegado,
cada rato, cada siglo, cada moral sea otoño al poner.

Divinas moradas del llanto, en las llanuras del recuerdo inmemorial,
exijo tener el podrido saber que desconoces sabiamente.
Ofrendo cada paseo por la niñez, cada abrazo a la esposa no sida,
en este eterno pasearse entre la vida y la muerte.

Así, entre el eco de los sueños y la realidad,
se alzan los pilares de un amor que perdura en las cenizas,
donde los versos son ofrendas a los dioses del tiempo,
y cada palabra es un testimonio de nuestro breve infinito.


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