Fragmentos al ocaso

Fragmentos al ocaso

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Primavera beodo, sigue la senda,
donde el hielo se funde en engañosas aguas.
Perfección basta en la multitud de nadie,
mientras el deseo de violetas reaviva la cabellera.

Romperé los sauces que nos atan al desierto,
abriré puertas a la libertad del canto sin máscara.
En el combate reservado de las cumbres,
hallaré la auténtica tierra fecunda.

Capaz y tonta, la mecánica festina de la búsqueda,
donde las leyes recuperadas se manchan de grises.
En los decorados de la oportunidad verás,
la alimaña que se hace cuento en la noche apagada.

Llorarán los guardias del tiempo,
mientras la aventurera muestra el camino.
Humanos tratad inmediato de embriagaros,
con la esencia de los carámbanos que rodean el consejo.

Falta existente para arrojar luz a los paisajes del ocaso,
donde la clave de la vida se revela en la danza de amor.

Primavera embriagada, sigues danzando,
en el hálito engañoso de aguas centelleantes,
armé mi corazón en la perfección de lo erótico,
donde nadie basta, en la multitud de lo efímero.

Romperé los sauces, huiré del desierto,
tras puertas de pesares y máscaras de canto,
llamé a los tiernos niños, dispensé las atarjeas,
reservaba un galope para el combate.

Tonto y capaz, auténtico en mi descarnado ser,
busqué en el festín mecánica de la vida,
donde las moscas replicaban cuidadosamente,
y el lago encogía bajo el gris mártir de las leyes.

Decoré mi camisa con la oportunidad de ver,
en un cuento apagado donde el guardián llora,
la aventura carnal de los humanos,
un destino inmediato embriagándonos.

Que tengas carámbanos espantosos rodeando,
este consejo falta de un existente, vivo,
arrojando paisajes al ocaso, clave en la vida,
la primavera nos embriaga, y el sentido revive.


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