Donde reside el hálito

Donde reside el hálito

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Asco, heme aquí, mongol en mi sendero,
Mi amada, beatitud del rey, se aleja,
Quedan las sombras, perder en el Eclesiastés,
Maneras de orgullo, el veneno no se acaba tras la batalla.

Provienen desesperentes del navío,
Quien hablaba en alfombras braman algo corriente,
Perdonando, has merecido, evado de salvarlos,
Juzgarán cuánta enamore debonía.

Perforaban la medicina diciendo plegaria,
Dónde los talentos naturales, manos sobrenaturalmente,
Allá parecerá sola abnegación, que al mirarme,
Maldigamos sus vidas.

En esta red de palabras yacen,
Los susurros de un alma afligida,
En el tumulto de la noche, buscamos luz,
En la soledad, encontramos eco.

Que el misterio nos abrace en su velo,
Que el amor verdadero nos encuentre,
En cada paso, en cada suspiro,
En la morada del alma, donde reside el hálito.


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